La reposición de tecnología médica es un desafío crucial en el sector salud, especialmente en un entorno en constante evolución. A medida que los dispositivos y equipos alcanzan su fase de obsolescencia, es vital contar con un proceso claro que garantice la continuidad y calidad en la atención al paciente.
La curva S del desarrollo tecnológico nos muestra que, tras una fase de crecimiento y madurez, los equipos eventualmente se vuelven obsoletos. En la actualidad, muchos hospitales enfrentan la acelerada obsolescencia tecnológica, lo que puede afectar su competitividad y sostenibilidad.
Para abordar este problema, es esencial implementar una gestión tecnológica sólida. Esto implica planificar, dirigir y coordinar la adquisición y renovación de equipos, alineándolos con los objetivos estratégicos de la institución. Un plan de reposición bien estructurado no solo optimiza recursos, sino que también asegura que se tomen decisiones informadas basadas en datos y análisis, en lugar de suposiciones.
Consideraciones como el presupuesto, las tendencias epidemiológicas, y las opciones de financiamiento (como leasing o comodato) son claves en este proceso. Al final, una gestión adecuada de la reposición de tecnología médica puede transformar la atención y mejorar los resultados en salud.
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